Friday, February 23, 2007

Benítez tenía un plan 'anti Messi'

El ex deportivista Arbeloa debutó como titular para frenar a Leo, perjudicado por el fútbol previsible del Barça 101 días después de su lesión

Leo Messi volvió a jugar de inicio 101 días después de su lesión en el Camp Nou ante el Zaragoza (12 de noviembre). Tras reaparecer de forma testimonial ante el Racing y demostrar en Valencia que ya tenía la chispa para ser titular, Rijkaard apostó por el argentino. Otra cosa hubiera sido ilógica y muy impopular teniendo en cuenta el atasco ofensivo del Barça en los últimos partidos. El Barça necesitaba su capacidad para desbordar y Leo acudió al rescate.

Rafael Benítez intuyó las intenciones de Rijkaard (tampoco había que ser ayer un lince para ello) y se inventó una nueva defensa con el debut de Arbeloa, recién llegado del Deportivo, como lateral izquierdo pese a su condición de diestro y a una envergadura que también le permite actuar de central. Estaba clara su misión: tapar a Messi con el apoyo del central Agger y de Riise, ayer centrocampista, pero lateral de toda la vida. Una tela de araña para no dejar espacios al argentino.

Ciertamente, Benítez y Arbeloa se salieron con la suya. Messi sorprendió en muy pocas ocasiones, principalmente porque el ritmo de juego del Barça fue tan lento que el balón le llegó siempre con la defensa del Liverpool bien posicionada. La calidad de Messi es indiscutible, pero no se le puede pedir que drible cada vez a cuatro rivales saliendo a pie parado.

Pese a las dificultades, Leo lo intentó todo con el cariño de una afición entregada a sus regates inverosímiles. Buscó salir en diagonal cuando recibió un cambio de juego de Xavi (el único de todo el partido) y de esa forma conectó con Deco en el minuto 17 en su mejor acción, pero el remate del internacional portugués lo desvió Reina. Su sola presencia inquietaba a la zaga 'red', pero sus compañeros le encontraron en muy pocas ocasiones. Ronaldinho, llamado a ser su mejor socio, desapareció en la batalla física y no le pudo echar una mano.

Messi cambió de banda tras la entrada de Giuly por Xavi en el minuto 65. Finnan también le ató en corto pese a lo cual Messi dispuso de su mejor ocasión. Estuvo vivo dentro del área grande para coger un rechace tras una ocasión creada por Saviola, pero su remate con la derecha fue interceptado por un defensa bajo palos. Hubiera sido el 2-1, pero poco después llegó el 1-2.

En la fase final del choque Messi acusó el cansancio. Quizás no estaba todavía para noventa minutos, pero tal y como se puso el partido Rijkaard no podía prescindir de su imaginación. La aglomeración de jugadores en posiciones de ataque tampoco le favoreció.

Su titularidad, de todas las maneras, es la mejor noticia de ayer. En Anfield tendrá quince días más de entrenamientos en las piernas y tres partidos más para coger el ritmo competitivo. La remontada es posible con el mejor Messi, pero necesita al mejor Barça.

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