Messi metió seis goles en la práctica de fútbol
Unos 7.000 aficionados azulgranas llenaron ayer las gradas del Mini Estadi para disfrutar del entrenamiento a puertas abiertas que había organizado el Barça. Ya una hora antes de comenzar la sesión preparatoria empezaban a llegar los primeros seguidores cargados con sus camisetas, bufandas y demás artilugios culés para animar a las estrellas del Barça.
Los jugadores no se hicieron esperar y a las 11 en punto empezaron a saltar al terreno de juego entre los vítores de la afición. Eto’o y Messi, que salieron entre los últimos, fueron de los más ovacionados en ese momento y durante la hora y media que duró la sesión.
Ronaldinho, que el día anterior ya no había entrenado por culpa de un proceso febril, se quedó ayer en el gimnasio, ya que todavía se resentía. Algunos de los niños y niñas presentes se lamentaron por la ausencia del crack brasileño, pero lo olvidaron pronto cuando los 21 presentes empezaron a tocar el balón.
La sesión transcurrió con normalidad: primero realizaron los habituales ejercicios de calentamiento, seguidos de los habituales rondos. Luego el preparador físico, Albert Roca, dirigió un circuito de ejercicios que los jugadores realizaron sin balón. Para acabar Rijkaard y Eusebio dividieron a los suyos en tres equipos: Eto’o, Messi, Puyol, Márquez, Motta, Thuram e Iniesta, de verde; Gudjohnsen, Ezquerro, Sylvinho, Xavi, Zambrotta y Gio, de amarillo; y Oleguer, Deco, Edmílson, Giuly, Saviola y Belletti, de azul. Jorquera y Valdés ocuparon cada uno una portería y los tres equipos disputaron una taquigol. El conjunto verde, que jugó con un hombre más, hacía descansar a uno de sus jugadores en cada partidillo. Ayer Eto’o e Iniesta alternaron en la banda.
El vencedor indiscutible de la mañana fue el conjunto verde, que con los goles de Puyol, Eto’o y Messi se hizo el amo de la matinal y en pocas ocasiones quedaron fuera del terreno de juego.
Precisamente, los detalles de calidad, que fueron aclamados por los apasionados seguidores, llegaron de la mano de Messi y Eto’o. El argentino regaló a la afición un globo que el meta Valdés no pudo detener. Poco después, ambos protagonizaron una jugada de tiralíneas: Eto’o le pasó un balón de tacón a Messi, que le devolvió el balón. El camerunés, sólo ante Jorquera, no perdonó. Messi estuvo "on fire" y la metió seis veces.
Al finalizar la sesión, el público se puso en pie para despedir a su equipo y entonar el himno del Barça que sonó por megafonía. Tardaron muy poco en abandonar las instalaciones los seguidores azulgranas, puesto que se agolparon en la puerta de salida del Mini Estadi y en la puerta de entrada del Camp Nou para intentar cazar algún autógrafo de sus ídolos. Mientras, los conductores de los coches de la rotonda que separa al Mini del Camp Nou se sorprendieron al ver a su lado a Motta, Messi, Valdés y Márquez en el mismo automóvil.
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