Friday, July 13, 2007

Messi, la estela de admiración que dejó un gol inolvidable


El día después del golazo de Lionel Messi a México es igual que siempre. Minutos de relax en la piscina por la mañana, entrenamiento liviano por la tarde, alboroto general provocado por cientos de venezolanos convertidos en argentinos por ese pibe que no deja de serlo. Más allá de goles y amores. "Es que soy eso: un pibe tranquilo, de barrio, el mismo de siempre. No me cambia un gol ni la fama, porque tampoco sé muy bien qué es. Me sorprende un poco tanto cariño de la gente. No pensé que iba a ser tan querido acá", dice Lionel, Pulga, la figura de la Copa América.

Te gusta esa adoración?

El cariño es lindo. Pero me sorprende un poco. Tal vez sea una de las cosas más lindas que tiene el fútbol. Después de jugar, claro.

Sentís que sos la figura?

No, soy uno más. Acá todos son figuras. Hay cada monstruo.

Coco Basile te protege mucho. Está enloquecido con vos.

Me da mucha libertad, eso me gusta. Me siento muy bien, muy contento con todos.

Justo contra Brasil, te hubiese gustado que estuviera Ronaldinho?

Es un gran amigo. Pero es demasiado bueno; mejor que no está (risas).

Qué sería ganar la Copa?

Cumplir un sueño. Desde que llegamos que no pensamos en otra cosa.

Bueno, tal vez Lionel también piensa en otras cosas. Como la felicidad que le provoca Florencia, la esposa de Rodrigo, su hermano mayor, que espera pronto una beba. A ella fue dedicada la obra de arte ante los sorprendidos mexicanos. "Fue un gol más para el equipo y lo vivimos con alegría", dice, mientras se acomoda su ya rebelde cabellera, pura sonrisa al borde de la pileta, en un pequeño espacio de distensión entre tanto alboroto que provoca su diminuta figura y su dominante categoría. Lejos del agua, mucho más lejos del césped, recorre otras veces aquellos caminos que lo inquietan. "No, no me parezco en nada a Maradona. El fue único. Bueno, sí, los dos somos zurdos", bromea, al paso. Lionel, detrás de Messi, es el mismo chico que aún admira a Pablo Aimar, uno de sus compañeros; es el mismo que extraña a Oscar Ustari, su compañero de varios desafíos; el mismo que, cuentan, es más sensible a sus recuerdos de casa que a la misma pelota. "El fútbol es único, pero mi familia siempre está primero", cuenta, apenas apartado por unos instantes de la catarata de ruegos transformados en fotografías y autógrafos.

Brasil será el último paso?

Es un rival complicado, pero vamos a seguir como hasta ahora.

Cómo imaginás la noche del domingo?

Ojalá que sea de la mejor manera. Si ganamos sería cumplir un sueño.

Sería, entonces, otro anhelo cumplido en la vertiginosa vida de Lionel Messi. El pibe convertido en figura. El hombre nacido para la gloria.

No comments: