Ni las pirámides hacen sombra a Messi

El argentino fue el jugador más aclamado en la caótica visita turística de la plantilla azulgrana

“¡Messi, Messi, somos argentinos, eres es el mejor!”. Leo giró la cabeza inmediatamente buscando de donde venía ese acento tan suyo, pero no pudo pararse a dialogar ni un segundo con sus compatriotas, una joven pareja residente en Madrid y de vacaciones en El Cairo. Apenas logró levantar una mano y sonrió. Más era imposible. Tres 'gorilas' de 120 kilogramos cada uno le empujaban hacia el autocar para protegerle de una marabunta de turistas de distintas nacionalidades, vendedores de souvenirs de la tierra y hasta de algún camello que miraba la escena con curiosidad. No poder visitar las pirámides de Giza con tranquilidad es el precio de la fama. Y la de Messi ha crecido mucho por el impacto mundial de su golazo al Getafe. Unos metros más atrás, con menos agobios, Saviola tenía algo más de tiempo para admirar las impresionantes construcciones de Keops, Kefrén y Micerinos. Los tiempos cambian...

Oliéndose el caos de la visita turística matinal, quizás también para evitar los más de 30 grados que calentaban las cabezas de los presentes, Ronaldinho, Eto'o, Deco, Puyol y Valdés se quedaron con Rijkaard en el hotel, junto al río Nilo. ¿Reunidos? En principio, no, pero no hubiera estado mal que cinco jugadores tan importantes se sentaran con el técnico para hablar de las claves de la irregularidad liguera que ha puesto en peligro el título.

El resto de la plantilla se subió al autocar para ver las pirámides. La policía no ayudó a que su presencia pasara desapercibida. Llegaron a las 11 horas rodeados de coches de seguridad y con un estruendo de sirenas tal que podría haber despertado a los faraones enterrados hace 4.500 años. Advertidos por el ruido, la gente comenzó a correr de una pirámide a otra en busca de la firma, la foto o sólo por la curiosidad. El caso es que los jugadores sólo pudieron salir un par de veces del autocar para regresar rápidamente. Para los canteranos Bojan, Giovani y Olmo fue como una excursión. Y Thuram se desmarcó siempre que pudo para buscar la mejor imagen con un fotógrafo personal muy especial, el utillero Txema Corbella.

Fue una mañana pródiga en actos. El más espectacular, la fotografía de los jugadores con 300 niños de la escuela del club en Egipto. Controlarlos fue una misión casi imposible. Todos querían tocar a Ronnie y Messi, definitivamente otra figura mediática, y cantaron “¡Barça, Barça!” con una ilusión que puso la piel de gallina. Uniformados de azulgrana, mostraron orgullosos sus diplomas acreditativos de su estancia en la Escola.

Antes se estrenó la futura versión en árabe de la web del Barça y el embajador español en Egipto, Antonio López, recibió al jefe de expedición, en ausencia de Joan Laporta el vicepresidente Alfons Godall, junto con el secretario técnico, Txiki Begiristain. Egipto fue azulgrana.