Messi, Aimar y el fútbol fantasía

En Brasil lo llaman “jogo bonito” y representa la belleza, la pureza y la mística del fútbol en su más estado puro. En nuestro país la cosa es exactamente igual, nuestro forma de sentir y amar dicho deporte hace que se nos escape una sonrisa, una ironía o un lagrimón cuando estamos frente a la soberbia de un “firulete”, un taco, un caño, un pase corto, una pared.

El tan amado como odiado, Marcelo Bielsa, estaba convencido de que el fútbol es menos dramático cuando lo ejecutan los que saben. Y sin duda, en la actualidad de la Selección Argentina, el mejor ejecutor de esta fantasía es el delantero del Barcelona Lionel Messi, quien a dado mucho de que hablar esta temporada por su talento y sus buenas actuaciones, tanto en el combinado nacional como en el equipo catalán.

Ahora bien, el principal problema que tiene el seleccionador argentino, Alfio Basile, es elegir un compañero de andanzas para el joven Messi. En los últimos amistosos disputados en Europa (1 a 1 con Suiza en Basilea y 4-3 frente a Argelia) el “Coco”, utilizó a Carlos Tevez , lo cual era una fija por el buen momento del ex Boca en el West Ham de Inglaterra. La dupla no dio malos resultados puesto que, el ex delantero de Boca anotó un tanto en cada partido y Messi 2 en el último. Sin embargo, la sociedad no rindió de la manera esperada, le falto sorpresa, velocidad, cambio de ritmo, audacia y sobre todo juego asociado. Y es en este punto, donde parece abrirse una puerta al olvidado, pero no resignado Pablo Cesar Aimar.

Con Argelia, el “Payaso” jugo sólo 25 minutos con Messi, con eso alcanzó para cambiarle la cara a una deslucida Argentina, que no podía imponerse en el juego (si lo hacia en el resultado) frente a una débil Argelia. Pablito y Lionel se buscaron siempre, se encontraron, y desplegaron pases y vértigo.

El propio Messi, antes del mundial de Alemania, hacia pública su admiración por el ex River, quien le devolvía las flores: “Es muy bueno jugar con Lio”. Los dos sienten el fútbol de la misma manera, y por lo que demostraron en cuanta cancha se los puso juntos, se merecen una oportunidad, la misma que tuvieron tantos que no la supieron aprovechar. Una oportunidad por el bien de la Selección, por el bien, de ese hermoso, fútbol de fantasía y para que la alegría no sea solo brasilera.